Como no podía ser de otra manera, Pancuca no encontró el resultado y se armó nuevamente el quilombo. Acusaciones por un lado, denuncias por otro, pruebas y contrapruebas... todo es parte del circo albiverde. Sin dudas no hay mayor incentivo para los equipos contrarios, que visitan a diario nuestra web, que ver la comunicación que hay entre los integrantes de esta "banda de buena voluntad".
Adentro de la cancha no se ve diálogo alguno. Pancuca solo juega al pelotazo y a defender como se pueda, pero cuando se trata de aprovechar el tiempo libre para tirar piedras, todos cuentan con una PC y una conexión a internet para tirar un poco de mierda al ciber espacio. Y esa es la escencia de Pancuca: el conventillo. Así que lo festejamos a lo grande, porque los campeonatos pasan, pero el puterío queda. Y eso es Pancuca.
lunes, 2 de junio de 2008
El Cabaret copó la UTN
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