El Tomba no estuvo acertado esta vez y sigue sin encontrarse con el gol. Esta vez Pío se cansó de asistirlo (como se ve en la foto) pero lamentablemente los remates se encontraron en todo momento con la resistencia del arquero rival.
Desde la platea se escucharon algunos insultos, pero rápidamente fueron callados por botellazos desde la tribuna que bancaron fuertemente al 9 de Pancuca. Aparentemente el Tomba estaría financiando los trapos de la barra brava a cambio de que no lo silben después de cada partido. Hasta cuándo durará el romance con la hinchada sin devolución de goles?
lunes, 17 de marzo de 2008
Una más y van...
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