Plantel campeón del Clausura 2012 de la Categoría C

Campeón invicto, arco menos vencido y delantera más goleadora. El ascenso fue coronado con un 4-0 para retornar a la "B" de manera inmediata tras el descenso sufrido durante la primera mitad del mismo año.

Campeón de las birras

El único equipo por el cual la cantina es capaz de abrir un día de semana por la noche.

Pato sale desde el fondo

Nunca jamás un "salimos jugando".

La conducta ante todo

El perfil psiquiátrico más balanceado del equipo.

Fondo de pantalla

Antiguo wallpaper del equipo albiverde.

El pibe bebe de la copa quinceañera

El Gran DT se hizo presente en la cena conmemorativa de los 15 años de la institución.

15 años de muchas cosas

Amistad, compañerismo, diversión, pasión, competencia, esfuerzo, logros, aprendizaje y un montón de valores más que cosechamos a lo largo de los años a través de nuestras camisetas.

Duelo de peladas

Cuando todavía el pelado formaba parte de nuestro equipo.

El Tomba desde la esquina

Antes de cruzar la línea de cal definitivamente, el Tomba tiraba los córners.

De cabeza al área contraria

Las torres pancuqueras intentan adueñarse una vez mpas del juego aéreo.

Saludo de viejos goleadores

La dupla más ofensiva que tuvo Pancuca durante una década.

El Aguante

En el banco, bancando los trapos como siempre. El partido se vive desde adentro y desde afuera.

Otra vez desde arriba

La pelota parada, la mayor fortaleza goleadora de Pancuca.

En guardia

Solo descansa la vista, para liberar la tensión del partido.

Los responsables de la carne

El estanciero y el asador, garantes de los mejores asados de Pancuca.

"El grito sagrado"

El Cabe acaba de clavar un bombazo de pelota parada.

"Un culo tremendo"

Cuando Pancuca zafaba de la promoción en la última fecha y después se convertía en protagonista de la liguilla de ascenso, los demás equipos no lo podían creer. Nuestro amigo arquero nos lo cuenta.

Defensor goleador

Deberían inventar un nuevo premio para el defensor que más goles hace. Pato, desde el fondo, garantiza poderío ofensivo aportando un promedio de 4,5 goles por torneo.

Subcampeones de la "B"

Tras un enorme campeonato, Pancuca hizo todos los méritos para ser campeón, pero tuvo la mala suerte de que en la misma liga estuvieran unas máquinas que se quedaron con el campeonato sumando un puntaje récord. Igual nadie nos quitó el festejo.

Pato busca de arriba

Como en todos los tiros de esquina, el 19 cruza la cancha para inquietar el área rival.

Pedro busca las cabezas

Como lanzador derecho, Piter se encarga de asistir a los grandes cabeceadores albiverdes.

Pechito mete en el fondo

Héctor aporta décadas de experiencia en el equipo.

Formación histórica

Con el tridente goleador y la dupla de eternos arqueros.

Lord of the Drinks

El Pini, un presente perfecto al tercer tiempo.

Brindis de tercer tiempo

El resultado nos importa, pero no importa el resultado a la hora de brindar porque siempre tenemos motivos para celebrar.

Peligro en el área contraria

Los centrales pancuqueros aportan un promedio de 8 goles por campeonato.

Asados y fogatas

Momento de anécdotas e historias inolvidables.

Lechón inolvidable

El pobre mártir se entregó por una comilona que nadie va a dejar de recordar. Era familiar de la Batichancha?

La curvatura perfecta

El Doctor del mediocampo da su veredicto.

Formación inicial

Antes de arrancar con las brazas, el equipo se forma.

Roja a las brazas

Rossi no se resistió, pero ante la negativa del equipo a repartir carne, sancionó al asador.

Irreconocible

Neo... en su versión Flash, escapa a un rival en un desborde.

Las pancuqueras

Una sección abandonada en la web, pero nunca olvidada por la afición.

Despedida de Gastón López

El día en que se retiró nuestro emblemático centrocampista, derramamos una cerveza en su honor.

El Tridente

Pío, Tomba y Batichancha, un trío que quedará en la memoria y el corazón de los hinchas pancuqueros.

Formación nocturna

Otra alineación pancuquera.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Hata el año que viene

La web de Pancuca se despide hasta el año que viene. Quizá haya amistosos, encuentros, pero las actualizaciones en este sitio no seguirán hasta que se reanuden los partidos por la pretemporada.

Felices fiestas y hasta pronto

Hachazo de despedida para el cierre del Clausura 2009

Pancuca se despidió del clausura de la peor forma. Ante Gazulo, un rival técnicamente inferior, pero con inferioridad numérica, se podría haber logrado quizá la hazaña. El verde tenía que salir a ganar o ganar para poder pasar a la siguiente fase, pero las lesiones, viajes y bajas por diversos motivos nuevamente le jugó en contra.

El partido comenzó 10 contra 11, con Rossi como árbitro por la demora del referee asignado al encuentro. A los 10 minutos de juego llegó el árbitro asignado, Hugo Hacha, que se vio con síntomas de resaca, balbuceando en lugar de pronunciar bien las palabras y hostil a cualquier tipo de diálogo con los jugadores (ni siquiera para preguntarle cuánto tiempo de juego iba). Sin pormenores en el fondo, tratando de lastimar a través de pelotazos al fondo, Pancuca no pudo llegar a inquietar las redes contrarias y sufrió el primer estacazo en su propia valla tras una pelota a las espaldas de José que su delantero definió superando el achique de Javi.

Sin embargo la diferencia no duró mucho ya que tras un robo de "Pechito", el Polaco conectó un bombazo a las espaldas de la defensa azul que luego el Tomba transformó en gol.

Luego hubo una situación en la que Pancuca podría haber alcanzado la heróica diferencia a favor a través de un penal que solamente no vio el árbitro. Sin embargo, en la misma jugada sí vio a Pato trabando en mitad de cancha en una pelota dividida y sancionó con amarilla una jugada que habitualmente no se cobra ni falta.

Con la igualdad transitoria llegó el entretiempo. Sim cambios, obligatoriamente, los mismos 10 volvieron a la cancha. El principal objetivo de la charla del entretiempo fue "no entrar en el juego del árbitro" que cada pelota dividida fallaba en contra de Pancuca sin dar lugar a ningún reclamo. Luego, con la mente fría, esperar al error del adversario para golpear de contragolpe.

El segundo tiempo fue bastante trabado. Con el viento en contra, Pancuca cuidó bien el fondo sin dejar llegar con riesgo a los delanteros azules y tratando de generar peligro en el área rival con corridas a las espaldas de la defensa rival. El Pini tuvo en sus piés una situación clara de gol pero la pelota se fue besando el palo izquierdo del arquero. Nuevamente fallos insólitos, como por ejemplo un despeje solitario de un jugador azul que el árbitro terminó cobrando lateral para el mismo equipo que hizo el despeje y que ante los reclamos pancuqueros indicándole que mirara al línea contestaba sobradoramente "a mi qué me importa lo que señale el línea?", hicieron que nuestro equipo empezara a perder la cabeza.

La primera expulsión llegó después de un tiro libre a favor. Bombazo al área, agarrón del defensor azul a Pato (lo vimos todos e inclusive lo comentaron los rivales), el referee sancionó foull en contra. Pato reclama y el señor Hugo Hacha le muestra la roja.

Con 9 se hacía más difícil defender. Sin embargo con esfuerzo y exigencia física al extremo Pancuca siguió jugando de igual a igual. Nuevamente un fallo absurdo en mitad de cancha le valió otra expulsión al diezmado equipo verde. El Gato sorprendentemente vio la roja tras cuestionar la estafa que se estaba efectuando. José pidió retirar el equipo pero el resto de los compañeros prefirió seguir en cancha.

Unos minutos más tarde, tras reiteradas tapadas fenomenales de Javi (incluyendo dos mano a mano), el 1 cometió un error irremediable. Una salida fallida con la mano quedó en la mano de un delantero azul. Pero como el árbitro estaba empecinado en solo cobrar en contra de Pancuca, la jugada siguió y terminó con un bombazo al arco que infló las redes. Todos vimos la mano, inclusive el árbitro, pero para su criterio, si la pelota da en el hombro y brazo, con el antebrazo extendido, "no es mano". Quizá tengamos que repasar el reglamento...

Luego vino un desborde de un wing azul que José salió a cruzar. El atacante se tiró al piso sin contacto físico con el defensor, lo que valió el reclamo al línea para que señalara la simulación que equivalía a una amarilla. Pero el línea señaló solo el reclamo del defensor, lo que significó una amarilla para el único central que quedaba al momento. Ante el insólito fallo, otro reclamo del 2 implicó la expulsión.

Pancuca quedó con 7, jugando con una improvisada línea de 2 conformada por Héctor y Nico, asistidos en defensa por el Pola que a su vez debía distribuir la pelota por los costados con Pini y Pela para intentar llevar el balón a los pies del tomba. Pero cualquier esfuerzo ya era inútil por la inferioridad numérica y el desastrozo rendimiento arbitral.

Las tarjetas siguieron viendo la luz del día, mostradas permanentemente a los jugadores pancuqueros. Solo Nico y Héctor se salvaron de la amarilla, y vale aclarar que ninguna fue por juego violento (salvo la primera que el juez entendió que Pato tiró una patada cuando fue a trabar la pelota - pésimamente asistido por el línea que marcaba el ataque azul-).

Finalmente solo quedó tiempo para un gol más que nadie festejó, pitazo final, y otra roja más. En este caso al Pini, que fue a pedir explicaciones a alguien que en su estado de resaca no las podía dar.

Al terminar el encuentro, el delegado pancuquero se reunió con la organización del torneo para solicitar que el señor Hugo Hancha no dirija más a nuestro equipo, pero debido al pésimo rendimiento y su falta de respeto hacia los jugadores, avalado también por el equipo adversario de turno, probablemente esta persona no pise nunca más el campus de la UTN. Pancuca bien sabía que las probabilidades jugaban en contra de sus aspiraciones porque debía salir a buscar un resultado en inferioridad absoluta de condiciones, pero la dignidad de sus jugadores no amerita que un tipo ebrio le robe sus momentos de diversión independiemente del resultado al que se pueda aspirar. Una lástima haber cerrado el año de esta manera por un debutante en la liga que probablemente haya dirigido su partido debut-despedida y que, esperemos, no lo crucemos nunca más en ninguna cancha en la que nos toque jugar.